Decir que me eres indiferente es mentira,
si mis ojos me delatan cuando me miras
y si al pasar me sonríes y me suspiras,
se congela tu figura en mi pupila.
De las noches soy por veces prisionero
cuando serrando mis ojos tu cuerpo veo,
envuelta entre mis brazos me nace el deseo,
de retenerte por siempre y darte el mismo cielo.
Y no hay día que pensarte yo no quiera,
si mirando a cualquier lado en primavera,
te deslizas titilante entre la luna y las estrellas
arropando mis deseos y aliviando mis querellas.
De suspiros y suspiros está viviendo el corazón
alimentándose de sueños y de esta ilusión,
que ambos llevamos por dentro,
como volcán haciendo erupción.
Alexander Valencia
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